Categoría: Anécdotas de TCP
En primer lugar no quería dejar pasar la oportunidad de saludaros como TCP, profesión que adoro y que actualmente llena el tiempo de mi vida. Sé que muchos de vosotros «habréis caído» en este blog porque os estáis planteando trabajar de lo que antes se llamaba azafata o azafato de vuelo o auxiliar de vuelo. Yo hace muchos años que tengo la suerte de ser Tripulante de Cabina de Pasajeros y de vivirlo a diario. Por eso he pensado que os podría contar unas cuántas cosas desde mi experiencia como TCP profesional y ahora formador.
En este momento comienzo escribiendo el primero de una serie de relatos que os iré entregando poco a poco para que así podáis conocer y sentir más de cerca esta maravillosa profesión…
Me gustaría empezar por hablaros de la evolución que ha sufrido esta profesión a lo largo de los años, aquellos en los que la palabra Tripulante de Cabina de Pasajeros (TCP) no existía y en los que los aeromozos o aeromozas eran las personas de atención infinita que estaban a bordo para atender a los pasajeros.
Hoy, la seguridad es lo más importante, priorizando sobre todos los servicios que una compañía pueda ofrecer dentro de un avión y donde la presencia del TCP se hace imprescindible para la realización de un vuelo. Las atenciones comerciales también son algunas de sus tareas añadidas, pues no debemos de olvidar que el TCP nos ofrece toda su atención y ayuda dentro del avión pero ahora la profesión es mucho más técnica y las capacidades de los TCP son mayores.
Dicho esto, pasaré a relatar de manera superficial algunos aspectos explicativos de cómo puede sentirse un día en la vida de un Tripulante de Cabina. Más adelante (en futuros posts de este blog) iremos desgranando todos y cada uno de los aspectos esenciales e imprescindibles en la formación y desarrollo de esta bonita y peculiar profesión.
Nuestra “profesión” cada día nos ofrece una perspectiva de trabajo diferente, incluso, dependiendo de en qué tipo de aerolínea trabajemos, va a ser una dinámica de trabajo por completo diferente… Me explico: si estamos volando para una aerolínea que opera vuelos de “corto y medio radio” (aquellos vuelos de menor duración), podemos hacer varios vuelos diarios con lo que, realizaremos varios embarques y desembarques, en los que llevaremos probablemente varios tipos de pasajeros diferentes con las particularidades étnicas que ello conlleva al viajar de un país a otro.
Nuestra profesión por tanto nos convierte en psicólogo, médico, meteorólogo... e incluso adivinador si así podemos llamarlo dependiendo de las necesidades del pasajero que nos requiera para que le ayudemos. Cada pasajero tiene unas necesidades, un tipo de vida y un motivo por el que está a bordo con nosotros.
Los hay que se encierran con su ordenador y prácticamente pasan desapercibidos durante todo el vuelo (sobre todo pasajeros de negocios), los hay a su vez, que se van de vacaciones, los que nos preguntan anécdotas (que tenemos miles) o los que nos piden información adicional de su conexión.
En definitiva, en nuestra “oficina”, podemos llegar a tener a 350 pasajeros a bordo cada uno con sus “cositas”, así que, imaginaos la de historias y anécdotas que podemos encontrar y relatar en un día de trabajo.
Cuando llegamos a la «Sala de Firmas” en el aeropuerto, la Tripulación se reúne realizando un “Briefing” de seguridad y uno comercial donde se repasan procedimientos de emergencias, se comentan aspectos del vuelo (pasajeros a bordo, pasajeros especiales y demás información relevante…) y donde se revisan la uniformidad y aspecto que se dejará ver cómo imagen de la aerolínea.
Una vez realizado esto, nos dirigimos al avión y se hace un chequeo exhaustivo del material de emergencia, del catering y de la disposición de la cabina. Después ya estamos listos, comenzamos el embarque recibiendo a nuestros pasajeros para acompañarles y cuidar de que cada detalle del vuelo sea lo más placentero posible sin dejar de lado la “seguridad operativa”.
Finalizados el vuelo o serie de vuelos, marchamos a casa a descansar. Al día siguiente otros tantos pasajeros volverán a estar en nuestras manos y hay que reponer energía”. Todo lo que tiene de duro queda compensado por lo que tiene de chulo si te gusta volar, viajar, relacionarte con gente de todo el mundo, sentirte que puedes atender, ayudar y apoyar a otras personas…
En fin, con esta introducción os dejo una pequeña pista de lo que será nuestro blog y os doy las gracias por leerme. En adelante os iré contando muchas más cosas acerca de la vida de un TCP que creo que os gustarán. ¡Saludos a todos!